miércoles, 16 de septiembre de 2009

Contar en 3D

El cine, en su más pura esencia, se trata se contar historias. Tras ver Un San Valentín sangriento en 3D, veo una cierta progresión, pero también que queda un largo trecho para que el 3D y el cine de ficción vayan de la mano.

Cierto que hay que partir que, esta película, tiene un guión deplorable que no ayuda nada a la trasnochada imagen - ¿de verdad lo siguen pensando, señores? - de barraca de feria que tiene el 3D. Lo he dicho unas cuantas veces y lo vuelvo a decir: no se puede contar de la misma manera en 2D que en 3D, del mismo modo que no se cuenta igual en blanco y negro que en color. Películas como Un San Valentín... son atrevidas y valientes. En primer lugar, porque en muchos de sus planos deja claro que es un experimento. Además, constantemente se está poniendo a prueba a sí misma con diferentes argucias. Pero, por otro lado, no dejan de ser eso, trucos.

El problema va más allá de que un tío apunte con un rifle y quede de miedo - que está genial - a lo que me refiero es que, por ejemplo, si una chica mira la foto de un amor perdido, en 2D un plano de ella y un detalle de la foto pueden funcionar a las mil maravillas, sin embargo en 3D no tiene ningún sentido. ¿Por qué? Porque es como si escribieras solo con "as" y "es" porque no conoces el resto de las vocales. Hay más soluciones a esa mirada de la chica a la foto, lo que ocurre es que hay que investigarlas y probarlas y estoy seguro de que a los productores de una película de serie B - en el fondo es un subproducto de toma pan y moja - no les hace mucha gracia eso de que se experimente.

Esto me hace desear aún más que la película de Cameron se estrene, porque él sí ha investigado - y pagado de su bolsillo - el desarrollo de la tecnología y el lenguaje. No dudo de que habrá muchas carencias en su película, como ocurre con toda obra pionera, sin embargo creo que habrá una diferencia entre productos de atracción de feria, como Un San Valentín... y Avatar.

Hitchcock había hecho Crimen perfecto en un sistema viejo de 3D, que él mismo denomina el "Relieve Polaroid". En su entrevista con Truffaut, no revela gran cosa, salvo que destacó las tijeras, una llave... cosas puntuales. Sin embargo, sí dice que advirtió que los contrapicados funcionaban mucho mejor. Es tan simple que es genial y por eso solo Hitchcock podía decir algo así. Quien haya hecho 3D lo entiende perfectamente y quien lo vaya a hacer, lo entenderá.

Un San Valentín... apuntaba, pues en sus fotos fijas de las revistas, habían escogido los encuadres en los que el 3D se destacaba más. Pero como composición, no como efecto. Sin embargo, la mayor parte de la película es una plano contraplano en teleobjetivos, la mayor antítesis de los fundamentos del 3D. Pero hay dos o tres momentos...

Dos o tres pequeños diamantes que dan esperanza. Mucha esperanza.

P.D.: Los desnudos funcionan como un tiro. Lo cual apoya mi teoría de que el 3D es absolutamente emocional.

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